Por: Yina Mateus
Tiempo de lectura: 2 minutos
La ansiedad se trata de ir más rápido de lo que deberías
¿Ansiedad? Aquél momento del día en el que sientes que los pensamientos te agobian y que no podrás con todo lo que te has propuesto. Sientes que terminas el día en quinta revolución, te cuesta conciliar el sueño o te despiertas a media noche a pensar en cada uno de los pendientes que aún tienes por cumplir.
La ansiedad aparece cuando vamos más rápido de lo que deberíamos. Un camino hacia tu bienestar tiene que ver con parar para observar toda la energía que tienes acumulada.
Cuando estamos orientados hacia objetivos más retadores que alcanzables, sentimos presión social o miedo por el futuro, nos alejamos de la calma porque deseamos controlar cada situación aunque no esté bajo nuestro alcance.
Si aprendemos a parar y descansar, nos recargaremos, se despertará de nuevo nuestra creatividad y nos sentiremos con mayor tranquilidad a nivel mental y emocional para enfrentar los retos futuros.
No siempre es fácil disminuir el ritmo desenfranado que hemos aprendido. La culpa puede tocar a nuestra puerta con creencias desde nuestro adoctrinamiento infantil a decirnos que debemos trabajar duro y que solo si lo hacemos de esa manera tendré tendremos éxito.
Cuando decidas hacer una pausa sentirás esa fuerte resistencia porque tal vez no te has acostumbrado a parar. Puede ser incómodo porque sientes y crees que NO estás siendo y haciendo suficiente y te compararás con tu propia bara alta o con los resultados de los demás.
Si te pasa esto, es normal, solo advierte que está sucediendo, agradece que paraste por ti y pregúntate, ¿Qué dice de mí que no quiera parar?
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