Por: Yina Mateus
Tiempo de lectura: 2 minutos
No impulses tus metas desde el miedo
El miedo es la emoción más paralizante.
Dejamos de hacer, intentar o arriesgar por miedo. El miedo como emoción nos protege de los peligros. Es un mecanismo de defensa de nuestra integridad y es tan antiguo como los animales y el hombre.
El miedo nos protegía y salvaba en épocas primitivas de morir devorados por algún depredador porque activaba nuestros mecanismos para correr y agudizar nuestros sentidos. Sin embargo, el miedo permaneció con nosotros y no lo hemos entrenado para que en la actualidad nos impulse, sino que nos está limitando y deteniendo.
Actualmente, puedes sentir diferentes temores que te alejan de alcanzar tus objetivos. Si eres emprendedor, puedes dejar de ofrecer un producto por miedo a que te digan que no o te cuelguen el teléfono. Si trabajas para una organización podrías no verbalizar la idea ganadora que se te ha ocurrido para disminuir costos operativos por miedo a que la desacrediten y pierdas reconocimiento entre tus compañeros.
En fin, el miedo mal gestionado te paralizará y evitará que alcances lo que deseas porque se encuentra en un lugar inconsciente de tu mente. Por tanto, el objetivo siempre se centrará en hacer conscientes tus miedos y determinar cuáles de ellos debes superar y cuáles atenuar para que, en lugar de paralizarte, te impulsen. Pero, ¿Puede impulsarte el miedo? Sí, totalmente, como te mencionaba, el miedo también nos protege. Así que el miedo que puedes sentir antes de tener una conversación importante, puede hacerte consciente de prepararla con el debido detenimiento.
¿Cuál es la intención que te impulsa a alcanzar tus sueños? Te invito a que reflexiones sobre qué te impulsa para cumplir tus sueños. Si aquello que te impulsa es el miedo, te paralizarás en cualquier momento y la resistencia podrá hacerte desistir de tus objetivos. Ej: emprender o mantener en un trabajo que no te gusta impulsado por el miedo de poder proveer a tu familia o no poder pagar las cuentas. Por lo cual, antes de iniciar tu trabajo, un nuevo proyecto e incluso en el día a día, concéntrate en tus emociones e identifica si estás haciéndolo desde el miedo. Si es así, redirecciona tu miedo hacia el deseo de servir o hacia el amor por lo que haces.
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