Por: Yina Mateus
Tiempo de lectura: 2 minutos
¿Persigues realmente tus sueños o los que te dice tu espacio cultural?
Cuando la vida se nos vuelve un paseo automático día a día y perdemos satisfacción, ánimo por levantarnos y se esfuma la sensación de éxtasis en el corazón como cuando te gusta alguien por primera vez, tal vez ahí has perdido el rumbo de ser y hacer desde tus verdaderos dones, talentos y pasiones.
Nos perdemos cuando dejamos de ver hacia adentro, cuando no hurgamos en lo que nos apasiona y nos para los pelos. Perdemos el rumbo cuando dejamos de ver hacia adentro de niños y empezamos a ver hacia afuera y hacia lo que hacen los demás y los imitamos para encajar.
Detente unos días para escucharte y verte. Caemos en un anestésico para sentirnos parte y dormimos nuestro verdadero ser. Pero el anestésico no dura para siempre y llegará el día en que por tu decisión o por factores externos debes despertar, verás hacia atrás y te preguntarás, ¿Qué carajos he hecho con mi vida?, ¿en qué momento me perdí?, ¿qué hago ahora?
En este momento tienes dos caminos, andar el camino mintiéndote y anestesiándote de nuevo para no sufrir o quedarte en el lugar cómodo conocido. La segunda opción es dejar de ver hacia afuera, hurgar en ti para saber qué te apasiona, cuáles son tus dones y talentos y empezar a cultivarlos.
Cultivar tus dones no tiene que ver con una carrera, siempre te lo digo. Una carrera o experiencia es un recurso. Pregunta a quienes te conocen qué es lo que más admiran en ti, qué te caracteriza o qué te hace muy especial en el mundo. Tal vez te sorprendas, posiblemente tu talento sea de decir la palabra justa en el momento adecuado, servir a los demás, lo estratega que eres, tu capacidad de solucionar problemas con rapidez o la magia que creas con tus manos.
Conócete y descúbrete para que cultives tus dones aprendiendo nuevos conocimientos y te permitas crear a partir de tus talentos para los demás. Cuando tus dones los transformas en algo que genera valor o sana un dolor o necesidad de otros, tendrás en tus manos la posibilidad de vivir desde la plenitud de ser coherente contigo y ser abundante al recibir un pago por aquello que haces para otros.
Finalmente, queda el paso de elevar tu autoconfianza. Muchas veces no somos fieles a nosotros mismos porque no creemos en que podemos vivir de aquello que nos apasiona. La historia nos muestra que quienes han vivido de forma abundante desde sus sueños son aquellos que han tenido una confianza inquebrantable en ellos mismos. Si no creemos en nosotros mismos, ¿Quién más lo hará?
¡Hurga en ti!
Pregúntame lo que quieras en mis redes sociales y te ayudaré a recorrer tu camino de evolución.
Twittea o comparte este blog con quien creas que pueda necesitarlo. Déjame tus comentarios o preguntas, será un gusto contestarte.